Parar sin dejar de avanzar

La Diabetes no entiende de excusas, promesas, preocupaciones, buenos o malos días. Siempre está ahí, demandando un grado de atención basal que es innegociable. Es por eso que cuando sucede un acontecimiento que nos obliga a un cambio brusco en nuestras costumbres, como pueden ser una lesión o enfermedad, debemos reajustar nuestro día a día sin perder de vista la Diabetes como uno de los ejes sobre los que se articula nuestra rutina.

Hace unas semanas he sufrido una fractura en el radio de mi mano derecha haciendo snowboard. Buena y mala suerte (el balance podría haber sido mucho peor), he debido pasar por quirófano para colocar una placa y tornillos para estabilizar la articulación y estar 6 semanas con un yeso.

En mi manera de controlar la Diabetes, en la que el deporte juega un papel fundamental, esta parada forzosa me obliga a adoptar nuevas estrategias para controlar el nivel de azúcar en sangre. Es cierto que una fractura de muñeca es mucho menos limitante que en una pierna, lo se de buena tinta por mi experiencia con la rotura del ligamento cruzado que tuve hace varios años, pero aún así sigue siendo un lastre para el día a día, tanto laboral como deportivo.

De esta experiencia y cómo la he sobrellevado, saco en claro algunas ideas que me gustaría compartir con vosotrxs:

1.- Anticiparse al cambio. Cuanto antes se asuma que va a haber que modificar el día a día, más fácil será llevar a cabo estos cambios. Por mucho que nos empeñemos, tarde o temprano nos vamos a topar con la imposibilidad de seguir haciendo las cosas exactamente igual que antes. No digo que sea fácil, pero también es una buena oportunidad para descubrir actividades diferentes, descansar, leer…

2.- Adaptarse para no renunciar. «Donde hay una meta hay un camino». Si no se puede correr, se camina. Cambiar la bicicleta normal por la estática, aprovechar para ir al gimnasio y trabajar dentro de nuestras posibilidades. Al final, lo que da satisfacción es «hacer«. No es necesario correr un maratón para sentir los efectos positivos del deporte. Muchas veces un buen paseo es más que suficiente y nos permite disfrutar del entorno de forma diferente a cuando vamos corriendo.

3.- No pierdas de vista la temporalidad. 6 semanas, 2 meses o un año… por lo general es un periodo de tiempo que va a tener un final. Del mismo modo que comenté en el post para viajes, pon en perspectiva el tanto por cien que suponen 6 semanas en tu vida. Tener algo menos controlada la diabetes, el peso o no poder entrenar como antes durante este periodo no van a tener un impacto tan catastrófico como imaginas.

4.- Autocontrólate. Del mismo modo que aprendemos a escuchar nuestro cuerpo y desarrollamos estrategias propias para controlar nuestra Diabetes, tendremos mucho ganado si aplicamos esta forma de actuar a enfrentar nuestra lesión. Siempre dentro de los límites que nos marque nuestro personal sanitario, pero nada nos impide ir probando ejercicios, sensaciones y personalizar al máximo nuestra rehabilitación. Desde mi punto de vista, pocas cosas son más gratificantes que sentirnos parte activa de nuestra salud.