Hoy vamos a establecer unas pautas dirigidas a minimizar la aparición de bajadas de azúcar durante la práctica deportiva y en caso de que aparezcan, de qué manera debemos abordarlas para corregirlas rápidamente y minimizar los riesgos.
1.- Planear la sesión: resulta fundamental, tanto para ajustar los niveles de insulina previos como para equiparnos con la cantidad suficiente de comida y azúcar tanto para mantener la glucemia como para corregir una posible bajada. Mejor ir sobrado por si al final se alarga el partido, entrenamiento…
2.- Vigilar la glucemia previa al ejercicio: aquí debemos tener en cuenta mas variables. Cuando nos hemos puesto insulina por última vez y la duración total del efecto, qué hemos comido (que tipo de hidratos de carbono, si son de absorción rápida o lenta) y el tipo de ejercicio que vamos a realizar y su duración.
La insulina que nos hemos puesto es un factor fundamental, ya que como se ha comentado anteriormente, el deporte aumenta de manera muy significativa la sensibilidad a esta, aumentando las posibilidades de sufrir una hipoglucemia. Es importante dedicar tiempo a ver cómo responde el cuerpo al ejercicio en situaciones controladas y con ayuda de tu endocrino ir ajustando las dosis.
3.- Vigilar la glucemia durante: En la mayoría de deportes y actividades conviene realizar controles cada cierto tiempo para poder pillar «a tiempo» una posible bajada y empezar a corregirla lo antes posible. Además de esta forma vamos viendo cómo va respondiendo nuestro cuerpo al ejercicio.
Y DESPUÉS: cuando el ejercicio ha sido intenso, especialmente por la tarde, o antes de la cena, conviene hacerse algún control nocturno, para evitar que durante la noche por el efecto del ejercicio el nivel de azúcar baje y tengamos una hipoglucemia nocturna.
4.- Dependiendo de la duración y del tipo de ejercicio (no es lo mismo levantar pesas que un ejercicio de resistencia aerobico, como carrera continua o montar en bici, los cuales «queman mucho mas azúcar») deberemos beber con regularidad (los diabéticos corremos mayor riesgo de deshidratación) e ingerir hidratos de carbono simples (azúcares sencillos) y complejos (hidratos de carbono, por ejemplo galletas, muesli…) para aportar «gasolina» al cuerpo y que nuestro azúcar no baje demasiado.

Lo ideal es combinar ambos tipos de hidratos de carbono, ya que los sencillos se absorben muy rápido y provocan un pico en el nivel de azúcar, pero se acaban rápidamente, por el contrario, los azúcares complejos como la pasta, el pan, las galletas… se van absorbiendo de forma más lenta y por lo tanto el cuerpo dispone de ellos de forma más gradual.
5.- Si el resultado de un control nos indica que estamos en hipoglucemia, o experimentamos alguno de sus síntomas, lo mejor es parar, comer y esperar a que se recupere un nivel de azúcar adecuado para poder continuar. Aunque ya hayamos comido lo ideal es esperar antes de continuar, ya que si seguimos haciendo deporte el cuerpo no puede centrarse en digerir y asimilar el azúcar que hemos tomado y vamos a tardar mas tiempo en corregir la bajada.
6.- Mantener la calma. En mis 16 años de diabético nunca he perdido el conocimiento por una hipoglucemia. ¿Mi truco? sencillo, no perder la calma ni pensar que me voy a marear más. Además, si nos ponemos nerviosos, empezamos a respirar mas rápido, se nos acelera el pulso… el cuerpo va a quemar mas azúcar, lo que no nos ayuda en absoluto.
7.- El Glucagón: lo ideal es que la gente que entrene con nosotros sepa lo que es y como se usa en caso de una hipoglucemia severa o si hay pérdida de conciencia. Es una hormona que libera todo el glucógeno almacenado en el hígado, que posteriormente se transforma en glucosa. Debe usarse en aquellos casos de hipoglucemia grave, y tras administrarse hay que proporcionar azúcar para volver a «rellenar» las reservas del hígado. AL no haber perdido nunca la conciencia, nunca he necesitado utilizarlo y aún no he padecido ninguna hipoglucemia que no haya sido capaz de remontar (toco madera).