Deporte y sensibilidad a la insulina


Los diabéticos debemos prestar especial atención a tres factores a la hora de regular el nivel de azúcar en sangre. Estos son dieta, insulina y deporte. ¿Cuál es el más importante? Hay multitud de estudios, teorías, opiniones… aunque está claro que tampoco debemos descuidar ninguno, hoy voy a hablaros de lo importante que es el ejercicio.

La teoría es fácil, al hacer deporte, las células necesitan de más energía y como consecuencia nuestro nivel de azúcar en sangre (glucemia) baja, puesto que lo estamos “quemando”, aunque aquí no acaba la cosa. Por si fuese poco, el ejercicio aumenta la sensibilidad de los tejidos a la insulina, por lo que el ejercicio ya no solo baja nuestro nivel de glucemia, sino que además hace que nos tengamos que poner menos insulina.

Y esto… ¿funciona?

Actualmente mi tratamiento se basa en dos tipos de insulina, una super lenta que me debo pinchar por la mañana y por la noche, e insulina rápida para después de las comidas (desayuno comida y cena, e incluso también después de almuerzo y merienda si estos son abundantes). Eso hace un total de cinco inyecciones en el mejor de los casos en un día sin ejercicio, llegando a un máximo de siete.

7 inyecciones al día, más los pinchazos en los dedos para sacar sangre y medir el nivel de azúcar una media de 6 veces al día son muchas agujas. Gracias a la actividad física, de forma regular he podido reducir las dosis en cada pinchazo y pincharme menos veces a lo largo del día, tanto insulina como controles de azúcar, ganando calidad de vida y mejorando el control de la diabetes de forma muy significativa.

Una rutina que se repite hasta 7 veces al día
Una rutina que se repite hasta 7 veces al día

En un día sedentario la sensibilidad de mi cuerpo a la insulina disminuye de forma drástica, debiendo aumentar tanto las dosis como la frecuencia de pinchazos. Por el contrario, un día de entrenamiento implica mucha mayor sensibilidad a la insulina, pudiendo reducir las dosis e incluso no necesitar determinados pinchazos (si entreno por la mañana no necesito de super lenta, ya que el efecto del ejercicio se mantiene a lo largo de toda la jornada).

En casos extremos como por ejemplo una competición de ultra resistencia, tan solo me hace falta una única unidad de lenta antes de la carrera para aguantar… ¡Hasta 20 horas sin necesidad de más insulina! y obviamente, con un aporte energético mucho mayor al normal. Durante el último ultra trail que he disputado, con una unidad de insulina antes de la salida fue suficiente para mantener un nivel de azúcar bueno, entre 140 y 200 durante toda la carrera (hasta el km 80 que me retiré debido a las ampollas) con un aporte energético de más de 4000 calorías!!

Concluyendo…

No todos los días hago el suficiente ejercicio como para poder funcionar tan solo con una unidad de insulina. Sin embargo, cada paso, zancada, salto… todo cuenta para aumentar la sensibilidad a la insulina y poder ir ajustando y reduciendo las dosis cada vez más.
Existen fórmulas para calcular la sensibilidad del cuerpo a la insulina y poder adecuar las dosis, aunque francamente dependen mucho de cada persona y estos datos pueden inducir a error si no se tiene en cuenta el ejercicio.

Debemos introducir la actividad física como un pilar fundamental a la hora de controlar la diabetes y colaborar estrechamente con nuestro endocrino para ir conociendo la respuesta de nuestro cuerpo al ejercicio para poder adaptarnos de la forma más efectiva posible a cada situación. No es lo mismo un partido de fútbol que una marcha ciclista o que pasar un día entero en casa sin hacer nada (aunque de vez en cuando venga bien…).
Además, el ejercicio es una forma fantástica de desestresarnos, conocer gente nueva… y tiene multitud de efectos positivos sobre la salud de todos, especialmente sobre nosotros los diabéticos previniendo futuras complicaciones médicas. Asique coged las zapatillas, la bici, la raqueta o simplemente salid a dar un paseo, vuestro cuerpo lo agradecerá!