Podría ser peor…

“Podría ser peor”, “Hay gente que lo tiene mucho más crudo”, “Tampoco es para tanto” “Ya estarás acostumbrado”… ¿Os suenan de algo este tipo de frases? Tanto con la Diabetes como en otro tipo de situaciones que no tenían nada que ver, las he escuchado hasta la saciedad.

Por un lado podemos pensar que no está mal relativizar. No somos el ombligo del mundo ni tenemos la mayor de las desgracias, siempre habrá alguien que este peor. Hasta cierto punto está bien no dramatizar, sin embargo tampoco hay que restar ni valor ni importancia a nuestra situación o a nuestra lucha particular.

Si solo nos fijamos en el resto y no ponemos en valor nuestra situación personal, podremos llegar incluso a sentirnos avergonzados por encontrarnos mal, y llegados a este punto, ¿qué merito tiene el esfuerzo, si lo nuestro apenas tiene importancia?

En el medio está la virtud. Desde mi punto de vista debemos ser capaces de reconocernos que vivir con Diabetes no es sencillo. Por supuesto que hay gente que está mucho peor y otros mejor, pero las comparaciones pocas veces pocas veces nos van a aportar algo positivo. En el momento en que nos comparamos con otras personas, para bien o para mal, llevamos las de perder. Bien porque podemos sentirnos miserables por pensar que lo nuestro no es nada comparado con el de al lado y somos débiles por vivirlo como una carga, bien porque siempre va a haber alguien mejor que nosotros.

Dejando a un lado las comparaciones, creo que sí que es positivo buscar modelos. Gente parecida, en nuestro caso con diabetes, que ha sido capaz de aceptar la enfermedad y no han tenido que truncar ni metas ni objetivos por ella y de los que podemos extraer estrategias o formas de actuación.

Imaginaos un deportista que tiene que pelear duro todos los días por correr un medio maratón, pero que cada vez que piensa que su reto al lado de otro que se entrena para un maratón apenas tiene importancia se desmoralizará más y más y seguir entrenando cada vez será más difícil.

Tenemos una meta común, que la diabetes no nos frene a la hora de conseguir nuestros objetivos en la vida. Hay gente que empieza esta carrera desde la línea de salida, otros más adelante y otros incluso por detrás, sin embargo, para ninguno será fácil. Todo esfuerzo merece reconocimiento, empezando por el propio. Debemos valorarnos y reconocer nuestro esfuerzo. Es la única manera de seguir adelante y poner la meta cada vez un poco más lejos.