No se si se podrá categorizar, como propósito, objetivo o locura. No me gusta mucho hablar de «retos», palabra que parece que está tan de moda hoy día. Tampoco siento que hacer este tipo de pruebas tenga como único objetivo ponerme a prueba. Gracias a los trail he aprendido mucho sobre cómo responde mi cuerpo al deporte y me han dado muchas estrategias para manejar la diabetes en situaciones complicadas.
Llamemoslo «proyecto» para este año, me he inscrito en la prueba reina del Andorra Ultra Trail, la «Ronda dels Cims». Ya estuve el año paso en otra de las pruebas, la Celestrail, y la verdad que disfruté muchísimo pateando por las montañas de Andorra y casi se puede decir que se me quedó «corta». Puede que me haya precipitado un poco al haber dado el salto, pero la verdad que me motiva y me apetece mucho volver a disfrutar, (esta vez multiplicado por más de dos veces) de Andorra y sus paisajes, dentro de una carrera con un recorrido y una organización de 10.
Ya me puedo poner las pilas y empezar a darle duro, porque 170 kilómetros (y lo que es peor, 13.000 metros de desnivel positivo) son para tomárselos con poquitas bromas. A bote pronto van a ser desde 45 a 60 horas, más de dos noches sin dormir y subir y bajar 13 montañas, lo que viene siendo rodear Andorra. Suena tentador… ¿No?