Renovarse o morir, pero… ¿Vale todo? Estamos siendo testigos de una revolución tecnológica sin precedentes, que ha cambiado drásticamente los medios de información y comunicación.
¿Cómo integrar estas nuevas tecnologías de forma positiva en la prevención y tratamiento de enfermedades?
Hemos alcanzado un punto de saturación de información. El problema ya no reside en encontrar documentación, sino tener la certeza de que esta es fidedigna. En la búsqueda de noticias de actualidad política o deportiva, una confusión o consultar a una fuente equivocada conlleva cierto riesgo, sin embargo, en lo referente a salud, una información equivocada puede resultar fatal.
Desde mi punto de vista, antes que intentar acotar o censurar determinados portales de información en internet, debemos fomentar el espíritu crítico y dar más fuerza a determinados canales en los que la información sobre salud si esté contrastada, sobre todo los gubernamentales, colegios de médicos, asociaciones de diabéticos. Tener sitios a los que “aferrarnos” en mitad de toda esta avalancha de información, en la que cualquiera que tenga un ordenador puede dar su opinión o vender una cura milagrosa y como no, comentar con nuestro médico y personal sanitario de referencia cualquier duda.
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