
Han pasado 24 años desde que me diagnosticaron Diabetes tipo 1. A lo largo de este tiempo, entre esperanzas de curación, aceptación de cronicidad y negación, he ido integrando algunos avances en el tratamiento, pero pocos tan revolucionarios como el medidor flash de glucemia.
Desde enero de 2021 soy usuario del Freestyle Libre 2 de Abbot, un sistema de monitorización flash de la glucemia. En román paladino, que ya no tengo que pincharme en los dedos y sacar sangre cada vez que quiero saber la glucosa que tengo. Ahora, simplemente pasando el teléfono móvil por encima del sensor, el dato aparece en la pantalla de mi móvil, así como la gráfica con los niveles de las últimas 8 horas. Sin ninguna duda, el avance más espectacular que he vivido en cuanto a tratamiento de la diabetes en este cuarto de siglo y cuyos efectos noté desde el primer día.
Al dejar de lado las glucemias capilares, mis dedos rápidamente empezaron a mejorar (agradecidos después de años pinchándolos 7 veces al día) pero por encima de esto, el cambio más representativo fue la cantidad de información de la que empecé a disponer sobre cómo fluctuaba la glucemia durante el día. Con el sistema tradicional solo tenía acceso a un instante concreto, una «foto» de lo que pasaba en ese momento, pero con periodos muy largos sin saber qué sucedía. Con el medidor flash, aunque necesito pasar el móvil o el lector por encima del sensor cada vez que quiero obtener una lectura, se almacenan todos los datos de las últimas 8 horas, por lo que ahora, en vez de un instante concreto puedo ver la película al completo.

Para alguien como yo, que ha estado más de dos décadas sin esta información, supone un cambio abismal a mejor. Sin embargo, echando la vista atrás, todos los periodos «ciegos» sobre los que no tenía información mientras no me pinchase me han servido para forzarme a escuchar mi cuerpo y saber identificar las sensaciones que envuelven los episodios de hiper o hipo glucemia, ayudándome también a saber gestionar emocionalmente aquellos momentos, tanto en mi vida diaria como en el deporte, en los que por el motivo que fuese no me podía hacer una glucemia.
Esta avalancha de información de la que disponemos ahora nos pone en el extremo opuesto. ¿Qué sucedería si nos quedamos sin batería?¿Si el sensor se despega?¿Si estando de viaje perdemos el recambio? Un sinfín de situaciones en las que a nadie le gustaría verse pero para las que debemos estar preparados. No solo para saber actuar y no venirnos abajo, también para mejorar en nuestro autocontrol y conocimiento de la Diabetes.
Personalmente, intento seguir teniendo periodos de escuchar a mi cuerpo, intentando adivinar el rango aproximado de glucemia en la que me encuentro (siempre y cuando no tenga síntomas de algún valor extremo) y una vez ha transcurrido un tiempo lo compruebo, como si fuese un juego. También me ayuda a evitar la dependencia el dejar el móvil en casa cuando me voy a dar un paseo o mientras hago deporte.
Al final, en la Diabetes uno de los factores del éxito en el autocontrol es la anticipación, a una hipoglucemia, a una hiper, a las complicaciones, a las situaciones de riesgo… Anticipándonos a las complicaciones que pueden derivar de una dependencia excesiva de una monitorización 24/7 también mejoramos en nuestro autocontrol.